Este año sin duda es el año de la tecnología vestible. El impacto de los dispositivos vestibles quedó marcado en la educación, comunicación y entretenimiento; pero una de las ramas donde estos dispositivos están avanzando con mayor velocidad es en el campo de la medicina. Las empresas más importantes de tecnología están apostando fuertemente por un cambio en la medicina, trayendo la última tecnología vestible y aplicaciones al servicio de nuestra salud.
La apariencia de estos dispositivos ha mejorado mucho, ahora son menos horteras y más discretos, ligeros y, lo más importante, baratos. En tres años el aparato de fitness bajará a 70 euros de media, menos de la mitad de lo que cuestan hoy. Los smartphones ya llegan con aplicaciones gratuitas para medir el ejercicio físico. Una de cada 10 empresas de tecnología tienen relación con salud y bienestar físico. Hoy en día muchas empresas gigantes, incluyendo Apple, Samsung y Google están intentando relacionar sus tecnologías a la salud.
Intel también se suma a la lista tras su asociación con la fundación Michael J. Fox, que trata de investigar el Parkinson. El objetivo es intentar medir y analizar personas que padecen la enfermedad usando tecnología vestible. Los dispositivos graban y transmiten a los médicos los síntomas a tiempo y en distintas etapas de la enfermedad. Una app mantendrá un historial de cómo se siente el paciente y qué medicación están tomando. El beneficio de usar éste sistema es que los investigadores pasan de ver datos escasos y esporádicos a poder analizar cientos de lecturas de más de mil pacientes que puede utilizarse para detectar nuevos patrones y generar nuevos descubrimientos. Toda esta información ocupará 1GB por día en cada dispositivo. La compañía ya probó el plan a pequeña escala usando dieciséis pacientes de Parkinson y nueve voluntarios fueron parte del grupo de control.
Existen otras muchas herramientas desarrolladas para enfrentar enfermedades. Por ejemplo, el Bionic Pancreas, una herramienta para controlar el diabetes consiste en regular la cantidad de insulina y glucagón inyectada en el cuerpo. El seguimiento se realiza a través de una aplicación para iPhone que funciona como un control wireless de los algoritmos dictados por las inyecciones subcutáneas, enviadas a un monitor comunicado con un sensor, que el usuario está utilizando.
Samsung se suma a esta tendencia de la tecnología vestible en materia de salud, con Simband, un dispositivo que toma todos nuestros signos vitales usando diferentes receptores en nuestra piel. Recoge información de la salud del usuario continuamente: la presión sanguínea, respiración, pulsaciones, el nivel de hidratación y la cantidad de dióxido de carbono en sangre. El mismo contará con una batería que permitirá usar el dispositivo 24 horas al día, cargado en nuestra muñeca mientras dormimos
Otra compañía es LG, que lanza una banda de fitness que muestra la información en el móvil. O el de Lively que proporciona sensores para pastilleros y frigoríficos que informan al médico si su paciente cumple las prescripciones o come a las horas debidas.
Pulseras como la Fuelband de Nike, Misfit o Force Fitbit son solo el comienzo. Qardio, por ejemplo, promete un modelo que captará si la persona no solo anda, sino si se agacha o mueve los brazos.