Los sistemas de aprendizaje digital se han desplazado de los DVDs hacia los dispositivos móviles. En un estudio realizado por “Schools.com” un 22% de los padres encuestados dicen haber expuesto a sus hijos a tabletas y smartphones, de los cuales un 38% son menores de 8 años.
El aspecto más importante que diferencia a estos dispositivos de otros es la interactividad. Y la pregunta que se genera a continuación es: “¿Los niños pueden aprender con una App o no?”
Uno de los experimentos realizados por la universidad de Georgetown con niños entre los 30 y 36 meses de edad, concluyó que:
“Cuando el proceso de aprendizaje es mediado sólo por un video los pequeños aplican un proceso de prueba-error para realizar la tarea, pero aquellos sometidos a un juego interactivo con un teclado logran el objetivo del test mejor y más rápido”.
Viendo los resultados y con el ánimo de alentar el aprendizaje temprano, la creatividad, la diversión en familia y sobre todo el acceso a una tecnología más versátil, les sugiero que sean ustedes los que evalúen:
• Entorno: Dónde quieren que sus hijos interactúen con el dispositivo. Le das la Tablet para que pare de llorar mientras haces compras o te sientas junto a él a compartir tiempo de calidad
• Contexto: Qué pasa antes, durante y después. Supervisión y acompañamiento constante.
• Contenido: Busca aplicaciones que no hagan de la imaginación un proceso monótono y aburrido, pero sí que alimenten su curiosidad y deseo por comprender el mundo donde vivimos.
Dadas las condiciones actuales y el desarrollo tecnológico en el que nos encontramos, tendremos que hacer de nuestros hogares un laboratorio, donde encontrar las condiciones ideales para que los niños crezcan y aprendan con estos dispositivos, siempre con la supervisión y cooperación de los padres.
Para finalizar, y no olvidándonos de nuestros desarrolladores, hablaremos sobre las recomendaciones que la mayoría de especialistas en desarrollo infantil hacen para que los niños aprendan mejor:
1. Realizar actividades con las que se comprometan por completo y tengan el control.
2. Brindarles juguetes que ellos puedan explorar a su propio ritmo.