En los últimos años, especialmente con la llegada de los smartphones hemos asistido a un florecimiento de nuevas aplicaciones que nos conectan con el llamado internet de las cosas.
Nuevas formas de interactuar con nuestra casa que a algunos les pueden parecer frívolas como encender/apagar ciertos aparatos a ciertas horas o a distancia también ha tenido una consecuencia directa en un colectivo en especial: Los discapacitados físicos.
Uno de estos ejemplos a tener en cuenta para los próximos años es una app para smartphones de la empresa British Gas: Hive.
http://www.britishgas.co.uk/products-and-services/hive-active-heating/how-it-works.html
La idea de esta empresa de gas es implementar la domótica y la aplicación como una sola solución. Por 199 libras un instalador prepara el sistema que regula el calentador y el sistema de calefacción y lo asocia a tu aplicación de forma que puedas controlar en cualquier lugar la temperatura de la casa o lo fría o caliente que sale el agua de los grifos.
Esto marca una gran diferencia para gente en silla de ruedas, al no tener que depender de otras personas que lleguen a los controles de los calentadores o la caldera, además del ahorro que supone (hasta 150 libras al año según la propia British Gas).
El problema de este tipo de sistemas siempre ha sido el precio, pero esa tendencia está cambiando con la llegada de nuevas iniciativas en plataformas de crowdfunding que proponen pequeñas soluciones de bajo coste con propósitos muy específicos.
El problema es que estas soluciones de domótica suelen ser independientes unas de las otras, necesitando cada una aplicación por separado. En el horizonte van apareciendo nuevas herramientas como Homekit de Apple (https://developer.apple.com/homekit/) que propone una interfaz para desarrolladores de soluciones de domótica, de forma que puedan tener un entorno único para descubrir los diferentes dispositivos de control, centralizando así el control de la casa inteligente.
Este tipo de soluciones centralizadas pero con dispositivos de bajo coste acercaría otra vez el control de la vida doméstica a personas discapacitadas, dando por ejemplo la capacidad a una persona en silla de ruedas o a un invidente (gracias a la integración de HomeKit con Siri) la posibilidad de controlar la calefacción, la cocina o cualquier aspecto de la vivienda de una forma mucho más accesible que nunca.