Fabricación Conectada: aprovechando la 4ª revolución industrial

En el marco de la cuarta revolución industrial, la Fabricación Conectada describe la integración total de fábricas, procesos, productos y personas en todo el ecosistema. Además ayuda a las empresas a asegurar los activos críticos, como la propiedad intelectual. La industria de la automoción puede ser una de las grandes beneficiadas.


Fuente: resumen de Ciospain.es

Autor: Toñi Herrero Alcántara

El rápido movimiento hacia la digitalización, derivado de avances tecnológicos como la conectividad ubicua, Internet de las Cosas (IoT), Big Data y analítica, es ya conocido como la cuarta revolución industrial. Sin embargo, la digitalización de los procesos y de la información no es algo nuevo: las tecnologías de la información vienen aportando valor a los negocios desde hace muchos años. Ahora lo diferente es que las cadenas de suministro se han transformado en las cadenas de valor muy complejas y dinámicas. Así las principales empresas están innovando en esta cadena de suministro extendida y en el desarrollo de productos y servicios inteligentes. La tecnología está transformando totalmente el panorama de fabricación con una tendencia hacia la la transformación digital que Hewlett Packard Enterprise llama Fabricación Conectada y que describe la integración total de fábricas, procesos, productos y personas en todo el ecosistema.

Mediante la estandarización de los procesos globales y de las complejas cadenas de suministro, los fabricantes pueden acelerar el rendimiento para reducir los costes, mejorar la eficiencia de back-office, aumentar el flujo de efectivo y reducir los gastos generales. Y es que fomentar la colaboración entre los empleados, dotándoles de las herramientas digitales rentables y computación bajo demanda, acelera los ciclos de desarrollo de productos y consigue una reducción del tiempo de comercialización. 

El corazón de la Industria 4.0 (Fabricación Conectada) es una visión de fábricas inteligentes dirigidas a modernizar las tecnologías de información y comunicación a través de la cadena de suministro y la línea de producción para ofrecer un nivel mucho más alto de automatización y digitalización. Esto se contempla a través de conceptos de réplica digital (Digital Twin) del mundo físico que se mantiene a través de análisis en tiempo real de información de una amplia gama de sensores. Este 'gemelo digital' puede interactuar con servicios digitales disponibles en la cadena de valor a través de un marketplace digital de la empresa.

Por otro lado la gestión del ciclo de vida conecta digitalmente las operaciones de ingeniería a través de toda la cadena de valor de principio a fin. Los productos inteligentes saben acerca de su ciclo de vida e interactúan con las líneas de producción y servicios digitales (diseño, configuración, producción, logística, operación, mantenimiento, desmantelamiento). Además HPE está trabajando para construir la Internet de las Cosas Industrial: así los dispositivos industriales están equipados con inteligencia desde el análisis del sensor en tiempo real mediante la incorporación de diagnóstico integrado para predecir fallos en componentes y sistemas. Otro aspecto relevante es la integración vertical a través de la fábrica inteligente con sistemas de producción flexibles y reconfigurables y máquinas que se pueden entender entre sí y proporcionar, consumir e interactuar con servicios digitales.

Industria del automóvil

En la industria del automóvil los desarrollos tecnológicos han aumentado enormemente el número de partners con los que los fabricantes tienen que tratar. El coche autónomo, que probablemente será una realidad hacia 2020, el uso de las impresoras 3D para la fabricación personalizada así como tecnologías V2I, que permitirán la comunicación del vehículo con la infraestructura de las smart cities... son muchos los cambios a los que se enfrenta la industria de la automoción a medio plazo, además de la lucha por la retención de los clientes. Pero con los coches conectados, los fabricantes de automóviles pueden conocer a sus clientes con mayor detalle que antes: cómo conducen, cuándo conducen, en qué se conduce y qué características de sus vehículos que utilizan.

Los fabricantes de automóviles pueden recopilar estos datos casi en tiempo real y directamente, sin mediación de los distribuidores. Esta información puede ser usada en conjunto para desarrollar productos diferenciadores o mejorar la seguridad de los vehículos. Sin embargo, los datos también se pueden utilizar para proporcionar una experiencia personalizada en la conducción de cada cliente. Y es que, a medida que los coches se están convirtiendo en “dispositivos móviles sobre ruedas” mucha de la personalización de los vehículos puede abordarse mediante actualizaciones de software. De la misma manera que en una tienda de aplicaciones, los clientes pueden descargar aplicaciones y funciones para personalizar sus coches y satisfacer mejor sus necesidades individuales. 

No cabe duda de que todas las empresas digitales necesitan protección, algo que cada vez es más difícil. El coche conectado y su ecosistema asociado también necesitarán esa protección. Por ello los fabricantes tienen que adoptar un enfoque de extremo a extremo para garantizar la seguridad.

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